jueves, 27 de enero de 2011

BIENAVENTURADOS


Un tiempo de silencio ha llenado estas páginas, dificultades de variado tipo han impedido hacer nuevas entradas  ha esta página. Y que mejor reapertura que traer el evangelio de este domingo:
  
"Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos , porque ellos posseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."

 (Mt. 4, 25 - 5,12a)
 
Y ahora las palabras de Antonio, para que nos puedan orientar:
 
Estimada y querida familia, amigos, comunidad.....
Escuchamos palabras dichosas, tienen un perfume de humildad y de buena noticia, que debemos exhalar.
Cristo siempre nos habla al corazón. Cristo nos quiere encontrar en el corazón. Es el lugar del amor, del llamamiento, de la misión, del rumiar....
Las bienaventuranzas son las perlas del Bienaventurado; no solo las mujeres se han de adornar con estas joyas, estas joyas son de Cristo, son del cristiano.
Y para ver como nos caen estas joyas, hay que mirarse al espejo, el espejo de las Bienaventuranzas:
* Te sientes rico, orgulloso, violento, orgulloso, sucio, duro de corazón, mira al monte de las bienaventuranzas.
* Te sientes, frío, cansado, tímido, triste, desesperado, acude a la hoguera de las bienaventuranzas.
* Y cuando te sientes satisfecho, instalado, consumista y alienado, mira a la fuente de las bienaventuranzas.
* Y cuando te sientas, bueno, bueno, muy bueno, mira la belleza de las bienaventuranzas.
 
Son promesas que alimentan la esperanza. Y cuando se enciende la esperanza, todo se llena de luz, de alegría, de fortaleza y paciencia.
Cuando se vive en esperanza, el futuro esperado empieza a ser presente y a hacerse realidad.
 
Un abrazo.
Antonio.