martes, 15 de junio de 2010

UN POEMA DE JESÚS A.


Hay poemas que nos invitan...

Un pan basta,
si fueron cinco y dos pequeños peces
no me extraña el milagro.

Un pan basta,
confiadas las manos que reparten
su voluntad en siete
granos de trigo.

Un pan basta,
desde las piedras quietas poliniza
a la necesidad que nos enlaza a todos.

Un pan desde este lago salpicando
a las palomas libres de Nueva York,
migas que en su vuelo alcanzan a la muralla china,
oro carnal que hace ricas las minas de Sudáfrica,
regalo navegando por el Sena.

Un pan bien amasado
con sangre y agua encendidas.

Un pan y una palabra
compartidos.

Un pan
tan
sólo.

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